Hace 91 años nació en Fráncfort del Meno Annelies Marie Frank, mundialmente conocida como Ana Frank, cuya breve vida fue marcada por uno de los momentos más crueles e inhumanos de la historia de la humanidad. Gran parte de lo que conocemos de ella, y la razón por la que es tan famosa, proviene del diario que escribió de los trece a los quince años. Lo que fue un regalo de sus padres se convirtió más tarde en un documento histórico invaluable.
Su historia puede contarse desde muchos años antes de que ella naciera, ya que su genealogía marcó también su destino. Su padre, Otto Frank, fue un judío alemán que combatió dentro del ejército alemán durante la primera Guerra Mundial, en el cual fue incluso reconocido con la Cruz de Hierro. Años después se casó con Edith Höllander y procrearon dos hijas, Margot y Ana Frank.
El ascenso al poder de Adolfo Hitler marcó el inicio de la huida de la familia, que decidió emigrar a Ámsterdam para no ser perseguidos por su condición de judíos. Sin embargo, como le sucedió a muchísima gente en esos años, de nada les valió huir ni esconderse de la persecución alemana. Durante veinticinco meses, la familia se refugió en un sótano escondido debajo de un almacén, cuyo acceso estaba oculto tras un librero.
En agosto de 1944, con los alemanes ya instalados en los Países Bajos, fue cuestión de tiempo para que capturaran a la familia. El 4 de agosto la Grüne Polizei, la policía alemana, capturó a la familia al parecer de forma accidental, pues se encontraban realizando investigaciones de otro tipo dentro del mismo edificio. Un mes después, la familia fue enviada al campo de concentración de Auschwitz, donde hombres y mujeres fueron separados y enviados a lugares distintos.
Recién llegada a Auschwitz, Ana se salvó de ser enviada a la cámara de gas por haber cumplido ya los 15 años, pero como todas las mujeres fue desnudada, rapada, tatuada y obligada a realizar trabajos extenuantes en un medio sumamente hostil y lleno de enfermedades. Para ese momento creía que su padre ya había sido asesinado.
Meses después muchas mujeres fueron reubicadas en el campo de concentración de Bergen-Belsen, pero la madre de Ana, Edith Höllander, se quedó en Auschwitz para morir en 1945. En el nuevo campo de concentración las condiciones no fueron mejores. Las enfermedades fueron debilitando cada vez más a Ana y a su hermana Margot, hasta que una epidemia de tifus acabó con la vida de ambas en 1945, a pocos meses de que el campo de concentración fuera liberado por el ejército británico.
Sólo el padre de Ana, Otto Frank, sobrevivió a los campos de concentración, y recibió el diario de parte de Miep Gies, que lo había rescatado de entre las pertenencias de Ana en el refugio después de que la familia fuera apresada.
La vida tortuosa de Ana Frank, sin embargo, no terminó ahí. Después de muchos años de ser publicado, el Diario ha sido duramente criticado como apócrifo por negacionistas del Holocausto, que sostienen que el Diario fue escrito por Otto Frank o por otra persona después de la segunda Guerra Mundial, o que incluso han llegado a dudar de la existencia de Ana.
En Ana Frank se conjugaron múltiples factores que la hicieron víctima de muchas formas distintas. Fue mujer y judía, lo cual determinó mucho de su sufrimiento en vida, pero el hecho de ser tan joven al momento de escribir (de los 13 a los 15 años) también la ha hecho víctima del menosprecio de su voz como autora, un problema minúsculo en comparación con los sufrimientos padecidos en los campos de concentración, pero que sigue afectando su historia y su legado literario.
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