La clasificación de los verbos

La clasificación de los verbos

La definición más sencilla de verbo es «tipo de palabra que define la acción que realiza un sujeto». Algunas personas agregan a «acción» las palabras «procesos» y «estados». Dice la Real Academia Española en su diccionario que un verbo es la «clase de palabras cuyos elementos pueden tener variación de persona, número, tiempo, modo y aspecto», pero en la siguiente acepción también dice que es «cada uno de los elementos que constituye el paradigma del verbo». Una forma de entender mejor qué es un verbo y los tipos que existen es clasificándolos según diversos aspectos. Las clasificaciones más comunes son las siguientes:

Por el empleo gramatical

Verbos transitivos. Aquellos verbos que necesitan un complemento directo para completar la idea:

Luis recibe una carta. Mariana come un pastel. Jorge ve una película…

Verbos intransitivos. Son aquéllos que no necesitan un complemento directo:

Pedro nada. La maestra sonrió. Las niñas corren.

Reflexivos. Son verbos transitivos cuyo objeto directo o indirecto es un pronombre personal (pronombre reflexivo) que siempre debe concordar con el sujeto:

Fernanda se baña. Yo me peino. Guillermo se afeita.

Pronominales. Son los verbos que se construyen con un pronombre personal pero que no tienen valor reflexivo:

El joven se atreve. Joaquín se arrepiente. Margarita se ofende.

Recíprocos. Son aquellos verbos cuya acción realizan dos sujetos entre sí:

Lucía y Rodrigo se besan. Las hermanas se abrazan. Los papás se saludan.

Impersonales. Verbos que carecen de sujeto que realice la acción:

Llueve. Hay clase. Es temprano.

Por el significado verbal

Auxiliares. Son aquellos verbos que se utilizan para conjugar otros verbos:

Con el verbo haber se forman los tiempos compuestos: Yo he comido. Minerva ha estudiado. Todos hemos cantado.

Con el verbo ser se construye la voz pasiva: El bebé es cargado por María. El actor es admirado por el público. Los juguetes son usados por los niños.

Con los verbos modales se construyen perífrasis verbales: Debes estudiar. Genaro puede asistir. Ve a jugar.

Copulativos . Son los que sirven como nexo entre el sujeto y su atributo:

Diana está cansada. Eduardo es alto. Miguel parece enfermo.

Predicativos. Todos los verbos con significado propio y que forman por sí mismos el núcleo del predicado verbal:

Guadalupe duerme. Emilio escribe. Brisa escucha música.

Por su modalidad significativa

Perfectivos. Verbos cuya acción sólo se completa hasta que es terminada:

El perro salta. El coche entra. El bebé nace.

Imperfectivos. Aquellos verbos cuya acción no necesita terminarse para ser completa:

El atleta corre. El delfín nada. Los ancianos saben.

Incoativos. Son los verbos que indican el inicio de una acción:

Florecer. Amanecer. Anochecer.

Algunos verbos incoativos denotan, además del comienzo, la duración de la acción o del estado, para lo cual presentan forma reflexiva:

Dormirse. Ablandarse. Enriquecerse.

Frecuentativos. Verbos cuya acción es frecuente o habitual:

Tutear. Sisear. Hablar (en español, en inglés…).

Iterativos. La acción que indican estos verbos se compone de momentos repetidos:

Golpear. Patalear. Repicar.

Por su formación

Regulares. Son los verbos que siempre se ajustan a las formas del verbo que tienen como modelo. No se modifican con ninguna conjugación:

El niño come (comió, comerá). Hilda descansa (descansó, descansará).

Irregulares. Son los verbos que no siguen el modelo regular de conjugación, sino que varían su raíz, su desinencia o ambas:

Rodolfo es (fue, será). Ivonne viene (vino, vendrá). Bruno sabe (supo, sabrá).

Defectivos. Verbos que carecen de tiempo o de persona:

Llueve. Nevar. Acaecer.


Fuente: Guillermo Suazo Pascual, Conjugación de los verbos. Manual práctico, Edaf, Madrid, 2006.

Imagen de Raphaël Jeanneret en Pixabay


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