Rostros de la edición 5. Luis Reséndiz

Rostros de la edición 5. Luis Reséndiz

El escritor Luis Reséndiz, crítico de cine, ensayista y editor, nos cuenta un poco sobre su trayectoria y sus funciones en el sector editorial. Luis Reséndiz es autor de los libros Insular (Cuadrivio, 2016) y Cinécdoque (Debolsillo, 2017), y columnista en revistas como Letras Libres, Este País, Revista Replicante, Tierra Adentro, entre otras.

Agradecemos a Luis Reséndiz por haber aceptado participar en este ejercicio.


¿Cómo incursionaste en el mundo editorial?

Hola, soy Luis Reséndiz y voy a contestar un cuestionario de la Editorial Fondo Blanco. Empecé a escribir en un periódico local de Coatzacoalcos, Veracruz, de donde yo soy, cuando tenía 15 o 16 años. Una amiga me contó que un editor estaba buscando columnistas y yo escribía algunas pocas cosas que no le enseñaba a mucha gente, le mandé una muestra y decidió publicarme por alguna extraña e inexplicable razón, decidió darme una columna de la sección de sociales, lo cual previsiblemente fue un desastre pero sirvió como uno de mis primeros acercamientos. Posteriormente comencé a escribir en blogs y a veces mandaba textos a revistas que a veces se publicaban, a veces no y a veces alguno que otro editor norteado llegaba al sitio y me pedía algún texto. Así comencé a publicar. La mayoría de esas experiencias no eran pagadas, lo cual naturalmente está muy mal, pero al mismo tiempo es una muy mala práctica de nuestro medio pero es una práctica que pervive y que en ese momento, al menos a mí, me sirvió para comenzar a aprender y a familiarizarme con cosas del medio y del trabajo.

¿Cuáles son tus principales funciones en el sector editorial?

Lo que más hago es corrección de estilo, edición de textos y algo que podríamos llamar planeación editorial, que consiste en pensar libros o textos o dossiers de publicaciones que después veré que se ejecuten con distintos colaboradores. Inevitablemente uno termina siendo un poco de todo, pero eso es lo fundamental. También escribo, naturalmente, escribo textos que se me ocurren a mí o que algunas editoriales o revistas me encargan.

¿Qué es lo que más disfrutas de tu trabajo?

Todo es my disfrutable, yo tengo una irrefrenable inclinación hacia la alegría y hacia la felicidad, todo me gusta y todo me entusiasma. Además, cuando pasas por las distintas fases de un proyecto editorial es normal que te encariñes y le encuentres el gusto a cada una de ellas. Una vez dicho eso, la parte del proceso que a mí más me gusta es la final, cuando el proyecto, el producto, llega a manos del lector, a los ojos del lector, entonces se completa el círculo, y todo toma forma porque no hay texto que sirva sin lector, el texto sin un lector no existe, un libro igual, la revista igual. Entonces, ésa me parece la parte más importante del ciclo y también la más disfrutable: poder ver cómo los lectores interactúan y dialogan con el libro o con el texto.

¿Por qué es importante que la gente conozca lo que haces?

No creo que sea importante que la gente conozca lo que yo hago individualmente, pero sí creo que es importante conocer las cadenas de valor y de producción detrás de las cosas que consumimos. Uno de los grandes problemas de este mundo, a mi juicio, es que las cadenas de producción están ocultas a la vista del consumidor: no sabemos quién hace la ropa que nos ponemos, las cosas que nos tomamos o que comemos, los libros que leemos. Eso nos aleja de esas personas, olvidamos que hay personas haciendo esas cosas, y eso nos priva de empatía, es una de las varias razones por las que la desigualdad pervive: porque no la vemos, porque es lejana a nosotros. Entonces creo que, si evidenciamos la existencia de los actores de cada una de las partes de la cadena de producción, podemos empatizar mejor con ellos, darnos cuenta de que las cosas que nos están vendiendo nos las están vendiendo a un precio que no es, que si éstas están muy baratas quiere decir que alguien la está pasando mal en consecuencia, porque siempre que algo está muy barato suele ser porque a alguien se le pagó mucho menos, y me parece importante que conozcamos, que conozca el lector, cuáles son los elementos que entran en juego para que él tenga un libro entre las manos.

¿Qué disfrutas más: editar o escribir?

Ninguna de las dos, aunque lo que más me gusta es planear el proyecto, tener la idea, me gusta mucho pensar y buscar ideas que puedan resultar interesantes para los lectores. Disfruto cada una de esas partes en función de lo que son: actividades muy distintas, escribir y editar son actividades diferentes que requieren habilidades diferentes, que requieren un mindset distinto. Escribir me parece una actividad mucho más física, íntima y compleja; editar me parece una actividad mucho más minuciosa y laboriosa. Ambas tienen de lo mismo, y probablemente acabo de decir una tontería, pero busco más bien no jerarquizarlas, disfrutar cada una en función de lo que es.

¿Cómo vives el mundo editorial desde esos dos puntos de vista?

Pues muy sufridamente desde ambos, porque tal vez para el autor es más difícil porque los autores no recibimos un sueldo por escribir a menos que seamos columnistas, los editores cuando menos tienen la certeza de que las quincenas van a caer de manera más o menos regular. Por otro lado, los editores tienen que lidiar con los autores que siempre andan de mal humor porque no les han pagado, y entonces al final pues cada lado tiene su parte terrible y también su parte luminosa, en la que lo que priva es una precarización del oficio para todos lados. La mayoría de la gente que está en esto es porque le gusta y porque ama lo que hace, más que por el dinero que está en juego, que suele no ser tanto, pero yo creo que es difícil para ambos lados pero al mismo tiempo muy satisfactorio cuando las cosas salen bien o cuando los proyectos marchan

¿Qué aprenderá el mundo editorial de esta pandemia?

Para mí fue una lección muy valiosa darme cuenta de que todo el tiempo estamos diciendo que la gente no lee, esta frase nefasta de que el mexicano no lee, todo el tiempo estamos diciendo esa cosa, pero ahora en la pandemia resultó muy claro que la gente quiere leer, este fue el año en el que Televisa registró un mayor número de descargas de revistas completas de su historia, las puso gratis y eso seguramente ayudó, pero habla de un interés en los lives de autores platicando, los cursos en línea, los talleres en línea, todas esas cosas nos demostraron que la gente está muy interesada en lo que hacemos, solamente no estamos llegando a ellos de la manera más adecuada. En un mundo ideal, me parece que la pandemia podría ser un aprendizaje sobre todo para las editoriales independientes, que son las que más lo necesitan. El lector sí está interesado y lo que debemos hacer es capitalizar ese interés que ya existe. El lector ya hizo una parte del trabajo, hay mucha gente interesada en leer, qué vamos a hacer para que esas personas compren los productos que estamos pensando, que estamos haciendo, es una pregunta importante. En la pandemia además podemos sumarle que es necesario dialogar con otros canales y con otras disciplinas para que las cosas salgan bien

¿Cómo ha afectado el confinamiento en tu desempeño?

La incertidumbre me envolvió desde que me sacaron de mi mamá, entonces por ese lado todo bien. He conseguido chambas, he perdido chambas; algunos proyectos se han atrasado, otros se han acelerado, han pasado varias cosas. Yo he tratado de mantenerme ocupado porque me criaron como cristiano, y en lugar de ir al psicólogo me pongo a trabajar para evadir mis problemas. Ésa ha sido mi terapia, tal vez no sea la más sana, pero a mí me ha funcionado y estoy bastante tranquilo, produciendo y trabajando, y a mí es una de las cosas que me parecen más importantes.

¿A qué colega admiras?

Voy a decir nada más uno, que es Daniel Bolívar, actualmente diseñador de Grupo Planeta, antes estuvo en Random House. A Daniel lo admiro mucho, me gusta mucho su trabajo y además tuve la fortuna de que diseñara la portada de mi libro Cinécdoque, que salió en el sello Debolsillo de Random House. Es una portada que me gusta mucho, en la que trabajamos bastante, y Daniel es un diseñador a quien hay que seguir, no sólo por eso, pero yo le tengo, además de mi admiración, un cariño particular porque esa portada salió muy padre, no debería decirlo pero me gusta.

Comentarios finales

Soy Luis Reséndiz y pueden conseguir mis libros Insular y Cinécdoque en las editoriales Cuadrivio y en el sello Debolsillo de Random House; si todo sale bien, en 2021 también los podrán conseguir en otros lados. Si pueden apoyar a una editorial mexicana independiente no duden en hacerlo, porque son tiempos difíciles para todos, apoyen a sus restaurantes locales, apoyen a sus lavanderías, apoyen a todo lo que puedan apoyar que esté cerca de sus casas, porque son tiempos difíciles no sólo para los editores sino para todo el mundo. Muchas gracias por ver el video hasta acá, cuídense mucho, que estén muy bien.


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