Vladimir Villalobos López
“También tendrá que recordar
cómo era tu manera de no olvidarme
Creo que estoy perdiendo pruebas de mí misma”
Ulalume González de León
Con frecuencia escucho comentarios sobre cómo nos hemos vuelto de memoria perezosa y ni siquiera podemos recordar nuestro número telefónico (mucho menos el de alguien más). Antes eran menos dígitos, podríamos responderles. Desde que empecé a utilizar números telefónicos se les han agregado tres dígitos, aunque todos han sido cincos en mi caso (la creatividad a tope). Lo cierto es que los teléfonos celulares han permitido que memorizar teléfonos se vuelva innecesario y que llamar al domicilio equivocado se vuelva casi imposible. Aún me llegan a marcar y preguntan por nombres que no conozco, pero pasa una vez al año, antes era algo tan común que incluso llegué a entablar conversaciones breves con la persona confundida. Y por supuesto que yo también me confundía y llamaba a la casa de quién sabe quién.
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