Por Vladimir Villalobos López
No sé cómo aprendemos a leer o a escribir. Más allá del “mi mamá me mima”, que no es universalmente válido, y una antigua libreta con planas de bolitas y palitos, no recuerdo cómo es el proceso exacto que se empleaba para alfabetizarnos. Por supuesto, al menos en mi caso, el momento en que aprendí a pronunciar palabras resulta todavía más ajeno. Aunque la repetición y la intuición son fundamentales, según lo poco que alcanzo a percibir y recordar.
Antes de poder leer, me leían. Recuerdo que en la sala de cine nos leían los subtítulos de las películas mientras mis hermanos y yo nos concentrábamos en las imágenes. Supongo que todos los personajes tenían la voz de mi papá. Cuando ya era más grande y nadie me facilitaba la lectura, me perdía la mitad de los diálogos. A veces ya mejor me imaginaba lo que decían las palabras para no perderme lo que decía el movimiento.
Leave a Reply
You must be logged in to post a comment.