Esta semana, Paulina García Murillo, encuadernadora y restauradora de profesión, nos platica sobre su trayectoria y reflexiona sobre la necesidad de estudiar las técnicas de conservación de bienes culturales.
Paulina es parte del taller Haz Encuadernación, desde donde comparte información cuidadosamente curada respecto a la historia de la encuadernación y de la conservación de los libros, e imparte cursos en línea de encuadernación básica rústica, los cuales puedes consultar en este enlace.
Agradecemos a Paulina por haber aceptado participar en este ejercicio.
¿Cómo incursionaste en el medio editorial, cuáles fueron tus primeros acercamientos?
Hola, mi nombre es Paulina García Murillo y soy restauradora. Me dedico a la conservación de los libros y la encuadernación desde hace 10 años. Fue poco convencional la forma en que incursioné en el medio editorial, debido a mi profesión. Sin embargo, para realizar las propuestas de conservación de libros es primordial conocer las técnicas de encuadernación, y de ahí que la profesión está muy ligada al oficio de la encuadernación, y fue desde ahí que fui incursionando poco a poco. Mi primer acercamiento fue cuando entré al taller como becaria, y comencé a participar en proyectos de encuadernación de ediciones especiales y de algunas encuadernaciones de concurso. Aunque yo ya tenía experiencia encuadernando libretas en blanco, fue muy distinta la forma de encuadernar contenidos impresos. Ya que el hecho de tener formatos y márgenes establecidos cambia mucho la propuesta para realizar una encuadernación, ya que hay estas variables.
Con esta experiencia, en el 2013, participé en el proyecto editorial del taller llamado “De Atrás para Adelante”. Este proyecto ya tenía algunos antecedentes, pero era la primera vez que yo participaba. A grandes rasgos, la línea editorial “De Atrás para Adelante” consiste en invertir por completo el proceso editorial, donde todo comienza con el diseño de la encuadernación y posteriormente, se le busca un contenido adecuado a la estructura de esa encuadernación. Evidentemente, se altera todo el paradigma editorial pero se enaltecen las características de la encuadernación, para ya no verlo sólo como un contenedor, sino como el contenido que guía el resto de la edición. La encuadernación que diseñamos en el 2013 fue la Tripartita, una encuadernación que abre de tres formas distintas. El diseño estuvo a cargo de Martha Romero, Luis Enríquez y yo, y posteriormente, se le buscó un contenido junto con la guía de la diseñadora editorial de esa edición, Mónica Zacarías. Y así, nació Ella. Él. El otro. de Jorge F. Hernández. Fue una edición con un tiraje de 500 ejemplares, un tiraje grande, considerando que se trata de una producción manual.
Todo esto que mencioné fue mi primer acercamiento práctico. Posteriormente, siguiendo mi interés de estudiar la historia de la encuadernación industrial mexicana, decidí comenzar mis estudios de posgrado en la maestría en Diseño y Producción Editorial de la UAM Xochimilco. Y aunque suene rara la relación entre la historia de la encuadernación y de la edición, fue fundamental estudiar las características de la edición en general para poder plantear la investigación que estoy desarrollando actualmente sobre la encuadernación industrial de la posrevolución y su contexto de producción.
¿Cuáles son tus principales funciones en el sector editorial?
Principalmente, son funciones relacionadas con el diseño de la encuadernación, de acuerdo a las características del contenido textual o gráfico. Todas las decisiones las tomamos en equipo para saber cuáles serán los materiales y las estructuras que permitan el movimiento del libro.
Actualmente, con mis estudios de posgrado, la línea editorial “De Atrás para Adelante” se verá favorecida, porque no solo nos dedicamos al diseño de la encuadernación si no que coordinamos todo el proceso de la edición.
¿Cómo influye tu trabajo en la vida social?
Considero que mi labor influye de varias formas. Por un lado, en la atención que se les da a los libros como herencia cultural. Todas las estrategias de conservación están encaminadas en garantizar el acceso de la sociedad a la cultura escrita, y no sólo estamos pensando en las sociedades actuales, sino en las sociedades futuras. Por lo tanto, el objetivo de la conservación del libro va a ser generar estrategias de consulta y manipulación que garanticen la seguridad de los usuarios y de los libros, pero sobre todo, generando siempre el vínculo entre ellos, que siempre haya acceso a la cultura escrita.
Por otro lado, desde la práctica de la encuadernación, considero que influimos en las prácticas de lectura que tienen los usuarios. Quizá es una forma muy romántica de ver nuestra labor, pero creo que si una encuadernación está bien diseñada, podemos influir en el placer de la lectura. Aunado a las formas, diseños de las encuadernaciones, que en sí van a generar un placer visual.
Por último, en la difusión que hacemos de la historia de la encuadernación. Ha ido cambiando un poco la percepción que se tiene de la encuadernación, ya no sólo como un contenedor o como algo que genere un placer visual. Sino que también es un documento que va a dar información sobre su contexto de producción. Entonces, dar a conocer las posibilidades materiales documentales que tiene la encuadernación, es otra manera de ir cambiando la percepción que se tiene de la encuadernación.
¿Qué es lo que más disfrutas de tu trabajo?
Disfruto varias cosas. Por un lado, la posibilidad de encontrar algún elemento oculto en los libros que restauramos. Eso puede ser fascinante. Una hoja con una nota amorosa, un separador, un exlibris, una calcomanía, o las mismas dedicatorias. Estos detalles son extraordinarios y de alguna manera, sientes que conoces la historia de ese ejemplar. Al mismo tiempo, puedes imaginar, como si estuvieras en una película de ciencia ficción, cómo de pronto te puedes transportar a ese momento donde se colocó ese elemento. Es algo más emocional que otra cosa, la parte que más disfruto de mi trabajo.
Por otro lado, también disfruto, las posibilidades creativas que tenemos en el taller para el diseño de alguna encuadernación o para alguna propuesta de difusión. Simplemente es imaginar algo y saber que poco a poco lo vamos a aterrizar para poderlo materializar. A mí, esa parte creativa también me parece única y maravillosa.
Por último, disfruto mucho la relación que existe entre todos los que laboramos en el taller. Es un lugar de trabajo bastante ameno, donde se permite la creatividad, y donde todos estamos a gusto trabajando. Es un lugar donde da gusto llegar a trabajar.
¿Por qué es importante que la gente conozca lo que haces?
Me parece importante en dos sentidos. Por un lado, para visibilizar que la restauración es una profesión, y no sólo una lista de recetas que reproducir. Requiere de muchos estudios para poder generar un pensamiento crítico que ayude a la toma de decisiones. En el caso de los libros, aplica lo mismo. Deben ser conservados y restaurados por manos profesionales, y quitarse la idea que la restauración es una cuestión de reconstrucción o sustitución de elementos que ya no existen. Hay que considerar cuál es el contexto en el que están esos ejemplares, para saber qué medidas de conservación se van a realizar. Muchas veces vemos en redes, cómo se comparten videos de restauraciones, donde sólo fomentan la desinformación, porque se comparten las recetas que posiblemente sí funcionan para lo que se está mostrando en el video, pero que probablemente perjudique si se utiliza en otro bien cultural. Por lo tanto, sí es importante dejar claro que esta es una profesión que se debe estudiar y que para que alguien la ejerza debe tener los estudios necesarios para que pueda tomar una decisión responsable para el bien cultural que se está atendiendo.
Y por otro lado, desde nuestra labor de encuadernación, podemos mostrarla desde nuestra perspectiva. Actualmente, hay mucha difusión sobre la encuadernación manual, donde muestran contenidos muy valiosos, ya sea por las formas o las propuestas que presentan. Nosotros, desde el conocimiento de la conservación de libro, sabemos de prácticas o elementos en la encuadernación que muchas veces perjudican la materialidad o las estructuras. Un ejemplo es la elaboración del cajo, un elemento muy común en las encuadernaciones del siglo XIX, que solía hacerse deformando el lomo para dar un cierto acabado estético. Sin embargo, por muy bello que se vea, tarde o temprano va a ocasionar un deterioro: una rotura y finalmente, el desprendimiento de las hojas. Por lo tanto, dar a conocer la encuadernación desde la perspectiva de la conservación, brinda la posibilidad de dar diferentes propuestas creativas para darle la vuelta a estos elementos dañinos, y por lo tanto, mostrar estructuras que sean estables y que garanticen la conservación de la encuadernación, siempre y cuando se la de un cuidado adecuado.
Cuéntanos más sobre el proyecto Haz Encuadernación
Haz Encuadernación, es el taller de Conservación de Libros y Encuadernación del que formo parte. Brindamos servicios profesionales de conservación y restauración, proyectos de estabilización, asesorías y capacitación en el manejo y almacenamiento de los libros, en colecciones públicas y privadas, y cursos de encuadernación. También hacemos diseño de encuadernaciones y contenedores. Algunas veces hacemos exposiciones de difusión y otras menos, alguna edición “De Atrás para Adelante”.
El taller tiene una trayectoria de 27 años, a cargo de Martha Romero y Luis Enríquez. Yo me incorporé hace unos 8 años aproximadamente. Somos un grupo que constantemente se actualiza ya que hay una estrecha relación académica con la ENCRyM, la escuela de conservación, y con la Biblioteca Nacional de México, donde Martha es investigadora de la encuadernación. No sólo colaboramos nosotros tres, también participan otros colegas restauradores que pertenecen a otras instituciones dedicadas a la conservación.
En redes sociales, hemos optado más por mostrar las encuadernaciones que hacemos en el taller, y también por presentar información cuidadosamente curada respecto a la historia de la encuadernación y de la conservación de los libros.
¿Las tecnologías modernas de encuadernación amenazan los procesos tradicionales, o se complementan?
La amenaza fue hace más de un siglo, cuando las máquinas sustituyeron la encuadernación manual. Actualmente, hay una mayor difusión sobre la encuadernación tradicional, esto ya lleva muchos años, donde han surgido muchos cursos, ferias de materiales de encuadernación, los mismos videos difusión y exposiciones. Por lo tanto, la encuadernación tradicional ha resurgido. Actualmente, no creo que compitan, sino que se complementan, ya que atienden sectores distintos. La industria editorial se favorece de la encuadernación manual cuando tiene que hacer ediciones selectas con tirajes cortos, ya que las encuadernaciones masivas son atendidas mediante las máquinas, porque la encuadernación manual no podría atenderla.
¿Qué es lo que el mundo editorial aprenderá de esta emergencia sanitaria?
Creo que va a aprender a estar preparados. Considero que sería una buena estrategia la implementación de sistemas de gestión de riesgo, sobre todo para evaluar qué tipo de escenarios podría enfrentar el mundo editorial, principalmente, desde el punto de vista económico y tecnológico, y tomando como referencia esta contingencia. Aprovechando la situación actual, se podrían repensar las mejoras que podría tener la industria, principalmente en los tipos de contenidos y en las formas de distribución.
¿Cómo ha afectado el confinamiento en tu desempeño: has tenido más trabajo, perdiste estabilidad laboral, estás más inspirado, te envuelve la incertidumbre?
En cuanto al trabajo habitual de restauración, sí ha bajado mucho el ritmo porque es una actividad necesariamente presencial y por lo tanto, requiere de todo el equipo de trabajo para completar los proyectos en tiempo y forma.
Sin embargo, el confinamiento nos ha permitido desarrollar proyectos que estaban en papel desde hace un tiempo, como los cursos en línea, que sí dan incertidumbre por ser nuevos, pero vale la pena apostar por ellos. Debido a estos nuevos contenidos, sí ha sido más pesada la carga laboral, porque como todos hemos tenido que adaptarnos a las tecnologías que tenemos a nuestro alcance y hemos tenido que desarrollar nuevas habilidades para generar estos contenidos y compartirlos con otros públicos.
Comentario final (puedes hacer un llamado a la sociedad, compartir tus redes, lo que quieras)
Agradezco mucho a Luis Carlos y a Fondo Blanco Editorial por esta entrevista, me alegró mucho hablar sobre mi labor de conservación y encuadernación. Los invito a conocer nuestras redes sociales, estamos como Haz Encuadernación en Instagram, Facebook y YouTube.
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